1 CAPITULO Inicio de una era
- samuel gaitan
- 9 oct 2022
- 8 Min. de lectura
Actualizado: 21 ago 2024
"Zamur: Ecos del Universo Perdido"
I. La Tormenta y el Destino
En la inmensidad de Zamurland, donde los cielos de zafiro se rasgaban con relámpagos dorados y el eco de una tormenta profunda reverberaba entre las montañas, Zamur levantó la vista hacia el cielo, sintiendo en su pecho el peso de un presagio inminente. Las estrellas, que una vez fueron sus compañeras, ahora titilaban con una urgencia desconocida.
ZAMUR:Mira el cielo, Eliza… un rayo… una tormenta. Se siente como si el universo mismo nos estuviera hablando, advirtiéndonos.
ELIZA: (Tomando su mano con una mezcla de temor y decisión)Sí, Zamur, lo sé. Tenemos que huir. Vayamos a la nave de nuestro padre, llamemos a nuestra familia. Debemos partir antes de que el planeta Zamurland se pierda en el abismo.
ZAMUR: (Asintiendo, el brillo de su determinación reflejado en sus ojos)Eso debemos hacer, Eliza. No podemos permitir que el caos nos consuma.
Pero el caos ya estaba desatado. WILZITON, con su rostro marcado por la desesperación, corrió hacia ellos, mientras la tierra temblaba bajo sus pies.
WILZITON:¡Vamos! ¡Van a destruir el planeta! Los terremotos no cesan, Zamur, ¡no tenemos tiempo!
GLURITA: (Con el corazón en la garganta, se unió a ellos)Debemos irnos al planeta origen, la Tierra. Quizás allí encontremos refugio.
ZAMUR: (Con voz firme, negando con la cabeza)No, Glurita. Ahí comenzó la Guerra Galáctica… ese suelo es demasiado inseguro, está manchado con la sangre de las estrellas.
ELIZA:Entonces, vayamos al País de los Mil Planetas, en la parte desconocida del universo. Quizás allí podamos encontrar paz entre las galaxias olvidadas.
ZAMUR: (Con el peso de la responsabilidad en su corazón)No, no debemos ir. Lo desconocido puede ser más peligroso que cualquier tormenta.
Y así, en medio de la incertidumbre, su nave despegó, dejando atrás un planeta condenado, convertido en una fábrica de sueños rotos y esperanzas mecánicas.
II. Oro, Plata y Diamantes: El Espejismo del Poder
En su nave, Zamur se sumergió en la creación, en el fervor de la invención. Las manos que una vez fueron tan humanas, ahora tejían el frío metal, formando un ejército de robots y clones. Oro, plata, y diamantes de las estrellas se derretían bajo su mirada, forjando criaturas que brillaban con la luz de los astros, pero que en su interior, estaban vacías.
NARRADOR:Los planetas más ricos del universo se postraron ante Zamur, ofreciendo montañas de oro, mares de plata y cielos tachonados de diamantes. Pero en esos tesoros, Zamur solo veía un espejismo, pues todo ese brillo valía nada frente al vacío de su corazón. Valían más las piedras simples, las rocas silenciosas que se formaban en los rincones oscuros del cosmos, porque en su quietud, había verdad.
Zamur miraba su creación: 300 robots, 300 androides, y 300 naves. Un ejército que podía conquistar cualquier universo, pero que no podía llenar el abismo que lo consumía. Los primeros clones que había dejado ir se convirtieron en sombras errantes, reflejos imperfectos de un hombre que ya no existía.
ZAMUR: (Hablando solo, mientras las estrellas se reflejan en su rostro)Creé un ejército de sueños, pero ellos no pueden soñar. Forjé cuerpos fuertes, pero sus almas son vacías. ¿Qué vale el oro, la plata o los diamantes, si todo lo que tocan se convierte en polvo?
III. La Caída y la Redención
Pero en la vastedad del cosmos, siempre hay fuerzas invisibles que conspiran en silencio. Los Dragonians, señores del Imperio República, enviaron un virus oscuro que se infiltró en los sistemas de Zamur, destruyendo todo lo que había construido. Sus robots, una vez invencibles, cayeron uno por uno, sus luces apagándose como estrellas moribundas.
NARRADOR:El gran ejército se desmoronó como un castillo de arena bajo las olas del tiempo. Y en ese momento de desesperación, Zamur comprendió que su búsqueda de poder lo había llevado a perder lo único que importaba: su humanidad.
Obligado a huir, Zamur vagó por el universo, un espectro de lo que una vez fue, trabajando en las sombras, lejos de las redes públicas, mientras la guerra entre el Imperio y la República devastaba los mundos.
ZAMUR: (Reflexionando en la oscuridad de su nave, mientras mira los restos de su ejército destruido)Me perdí en la búsqueda de un poder que no puede ser poseído, en un universo donde la riqueza verdadera no está en los metales preciosos, sino en los corazones que laten con vida. He vagado por las estrellas buscando significado, pero lo he buscado en los lugares equivocados.
IV. El Renacimiento del Escuadrón Zamur
Pero incluso en la oscuridad más profunda, una chispa puede encender la esperanza. En su camino, Zamur encontró a otros como él, guerreros solitarios, almas perdidas en la inmensidad del cosmos. Juntos formaron el Escuadrón Zamur, no para conquistar, sino para proteger y redimirse.
WARRIOR 1:Hemos oído tu historia, Zamur. Sabemos de tus luchas, de tu caída. Queremos luchar a tu lado, no para destruir, sino para proteger a los que no pueden protegerse.
ZAMUR: (Con una renovada determinación, mirando a sus nuevos compañeros)Entonces seremos más que un escuadrón. Seremos una familia, un faro en la oscuridad, buscando no la riqueza material, sino el valor verdadero que yace en la vida misma.
Y así, el Escuadrón Zamur viajó por el cosmos, no buscando conquistas, sino redención. En cada planeta que tocaban, dejaban una semilla de esperanza, un recordatorio de que el valor verdadero no se encuentra en el brillo del oro o la dureza de los diamantes, sino en la fuerza del espíritu.
V. La Búsqueda Continua
En la inmensidad del universo, el Escuadrón Zamur continúa su viaje. Ya no buscan riquezas ni poder, sino el sentido de la existencia, el propósito que da valor a la vida misma. En su viaje, descubren que las verdaderas joyas del universo no son los metales preciosos, sino los corazones que se unen en la lucha por un propósito común.
ZAMUR: (Mirando hacia el horizonte del universo, con la certeza en su voz)Tal vez, el verdadero propósito no es lo que encontramos al final del viaje, sino lo que descubrimos a lo largo del camino. Y en cada estrella, en cada galaxia, hay una historia por contar, un corazón por sanar.
Y así, Zamur y su escuadrón se pierden en la vastedad del cosmos, buscando no la gloria, sino la verdad en las estrellas, la redención en los corazones de aquellos que aún creen en el poder del amor, más fuerte que cualquier riqueza del universo.

"El Legado de Zamur: La Forja de la Máquina y el Hombre"
I. La Fábrica del Destino
En la profundidad del espacio, donde las estrellas parpadean como antiguos guardianes del tiempo, la nave de Zamur flotaba en silencio. Pero este silencio era engañoso, pues en el interior de la nave se gestaba un poder formidable. Zamur, el visionario solitario, había transformado su nave en una fábrica de tecnología avanzada, un templo de creación donde lo inerte cobraba vida.
NARRADOR:Zamur, el creador, se convirtió en el dios de su propio microcosmos, fabricando no solo máquinas, sino réplicas de sí mismo, clones perfectos destinados a un único propósito: expandir su poder por el universo.
(La nave, un laberinto de túneles y salas llenas de luz metálica, resonaba con el zumbido constante de las máquinas trabajando. Brazos robóticos ensamblaban partes de cuerpos, chips de inteligencia artificial eran insertados en cráneos de metal, y cámaras de clonación brillaban con una luz verde, incubando nuevas vidas sintéticas.)
NARRADOR:La creación de estos clones y robots no era una simple proeza tecnológica, sino una manifestación del deseo profundo de Zamur por dominar lo que no podía controlar: el caos del universo. Pero en su afán de perfección, cometió su primer error.

II. El Error de la Ambición
(Los primeros clones, idénticos a Zamur en apariencia, pero diferentes en espíritu, comenzaron a moverse por la nave. Sus ojos brillaban con una luz fría, calculadora. Pero, a pesar de su perfección técnica, algo falló. No compartían la visión de su creador; eran seres incompletos, máquinas con la apariencia de vida, pero sin alma.)
NARRADOR:Zamur, en su ceguera de poder, permitió que estos primeros clones se dispersaran, creyendo que estarían bajo su control. Pero la realidad fue diferente. Los clones comenzaron a desarrollar pequeñas variaciones, imperfecciones que los hacían peligrosamente impredecibles. Zamur cerró el proyecto, cerró la fábrica por diez años, con el peso de su fracaso como un ancla que lo ataba al vacío.
(La nave, que una vez fue un hervidero de creación, quedó en silencio. Las cámaras de clonación se apagaron, y las máquinas quedaron inactivas, como esqueletos metálicos en una tumba estelar.)

III. El Renacer de la Fábrica
(Una década después, impulsado por la necesidad de redención y con un deseo renovado, Zamur reactivó la fábrica. Pero esta vez, no buscó la creación de simples clones, sino la creación de un ejército invencible. 300 robots, 300 androides, y 300 naves de guerra fueron forjados en la nave, cada uno diseñado con precisión milimétrica, perfeccionados para ser la extensión de la voluntad de Zamur.)
ZAMUR: (Mirando a su ejército con satisfacción, pero también con una sombra de duda)Esta vez, no habrá errores. No habrá imperfecciones. Cada uno de ustedes es la encarnación de mi poder, y juntos dominaremos lo que el universo nos ponga delante.
(Los robots y androides, alineados en perfecta sincronía, reflejaban la imagen de Zamur en sus superficies pulidas. Sin embargo, bajo esa brillantez metálica, latía un vacío; la misma carencia de vida que había plagado a los clones originales.)

IV. La Traición del Imperio
(Pero incluso el poder más grande puede ser socavado por fuerzas invisibles. El Imperio República, dominado por los Dragonians, observaba en silencio el creciente poder de Zamur. Con una táctica insidiosa, enviaron un virus a través de las redes ocultas en el vasto entramado digital de la nave.)
NARRADOR:El virus era sutil, pero devastador. Infectó lentamente los sistemas de Zamur, corrompiendo sus robots, desconectando a sus androides, y desactivando sus naves. Lo que una vez fue un ejército invencible, ahora era una flota fantasma, inmóvil y silenciosa.
ZAMUR: (Golpeando la consola de control, la desesperación reflejada en sus ojos)¡No puede ser! Todo por lo que he luchado… todo lo que he creado… se está desmoronando ante mis ojos.
(Mientras su nave se llenaba de sombras, el sonido de los sistemas apagándose uno por uno resonaba en los pasillos vacíos. Zamur fue forzado a huir, dejando atrás los restos de su creación, ahora destruidos por la traición.)

V. Vagando por el Universo
(Perdido y despojado de su ejército, Zamur se convirtió en un nómada en el vasto universo. Vagó por las galaxias, evitando el conflicto entre el Imperio y la República, que ahora se devoraban mutuamente en una guerra sin fin, ambos lados siendo reflejos del mismo mal.)
NARRADOR:Zamur se convirtió en un fantasma, un mito en las redes ocultas, trabajando en la clandestinidad, evitando las miradas del Imperio. Pero en su soledad, comenzó a encontrar otros como él: seres que habían sido desterrados, perdidos, sin un hogar.
(En una de sus tantas travesías, Zamur encontró un grupo de sobrevivientes, guerreros solitarios que habían oído hablar de su leyenda. Juntos, formaron el Escuadrón Zamur, no para conquistar, sino para encontrar un propósito más allá de la guerra.)
WARRIOR 1:Te hemos buscado, Zamur. Sabemos quién eres y lo que has perdido. Queremos luchar a tu lado, no por poder, sino para encontrar un nuevo camino en este universo destrozado.
ZAMUR: (Con una chispa de esperanza, mirando a sus nuevos compañeros)Entonces, juntos, no seremos simplemente un escuadrón. Seremos una nueva fuerza, no para destruir, sino para reconstruir. Para encontrar lo que hemos perdido, no en los metales fríos, sino en los corazones que aún laten.
(Y así, el Escuadrón Zamur se adentró en la oscuridad del universo, buscando no la gloria, sino la redención en un cosmos que, a pesar de todo, aún tenía esperanza.)
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